
Jose Antonio González, " la Chispa" que hizo posible que hoy Gipuzkoa sea un territorio emocionalmente inteligente.
Soñador, visionario, decidido, creyó en su proyecto de Inteligencia Emocional y lo hizo realidad, un ejemplo de coherencia y perseverancia.
El pasado 22 de agosto se cumplió un año del fallecimiento de José Antonio Gónzalez, uno de los grandes referentes en inteligencia emocional en el territorio de Gipuzkoa. Desde el momento de su fallecimiento sentimos la necesidad y el deseo de poder hacer un reconocimiento a su persona y la gran labor realizada como pionero en el estudio y aplicación de la inteligencia emocional, y su gran aportación en el mundo educativo, iniciada en Herrikide, extendida a todo el territorio Guipuzcoano y hoy en día traspasando fronteras.
Es hoy en Herrikide, su casa, donde se nos brinda la oportunidad de hacer este pequeño homenaje. En este acto en que Isabel Martínez, miembro del grupo de investigación en Educación Emocional, GREINE, formado por investigadores de la Universidad de Valencia y la Universidad a Distancia de Madrid UDIMA, y su equipo, presentan las conclusiones de su Investigación, que avalan los beneficios de las competencias socio-emocionales en los alumnos de Herrikide. Estos resultados suponen un broche de oro a este acto de reconocimiento de la persona de José Antonio.
«Y esta es una parte de su historia en este camino de reconocimiento»
De origen castellano-leonés vivió en Bilbao, fue en la provincia vecina Gipuzkoa donde desarrolló un gran proyecto de inteligencia emocional gracias a una iniciativa de Diputación de Gipuzkoa, y la apuesta del entonces diputado de innovación José Ramón Guridi.
Hombre cercano, discreto, perseverante, decidido, soñador, intuyó la gran envergadura del proyecto y se alió con Begoña Ibarrola y Rafael Bisquerra para llevar a cabo este proyecto de Inteligencia Emocional en el marco de sueño- utopía de convertir Gipuzkoa en territorio emocionalmente inteligente en el año 2120.
Rondaba el año 2006 cuando este proyecto se puso en marcha, su compromiso con el proyecto fue total, y tuvo gran repercusión en el territorio Gipuzkoano, la Inteligencia Emocional llegó a los centros educativos, a sus profesores, sus niños y sus familias, a la universidad, llegó a los puestos políticos relevantes, a la sanidad pública, a médicos, y enfermeras, al deporte.
Hoy en día la Inteligencia emocional no es nada nuevo, pero en aquel entonces, solo unos pocos apostaban por algo tan innovador, en palabras de la propia Begoña Ibarrola “entonces no es como ahora, que la neurociencia avala científicamente como impactan las emociones en el aprendizaje, nosotros teníamos unas pocas nociones de neurociencia, ahora tenemos mucha más información”.
El ámbito de la educación fue donde más caló el proyecto, formándose primero profesores, de estos a alumnos y posteriormente a las familias.
En Herrikide centro pioneros en la implantación de este programa, Pello Agirrezabal y Txaro Etxeberria nos comentan: “si la inteligencia emocional fuera una persona, se llamaría José Antonio González, porque él ERA, inteligencia emocional”.
En ese recorrido que hemos realizado conversando con personas relevantes que fueron partícipes del proceso, recogemos una reflexión en palabras del propio diputado de innovación de Diputación de Gipuzkoa en aquel momento.José Ramón Guridi, que nos conmovió por su repercusión; “He aprendido más a partir de los 50 años, que en toda mi vida, gracias a la Inteligencia emocional cuando he sido consciente de mis emociones”.
Y en este mapa tejido por el proyecto de Inteligencia Emocional de Gipuzkoa, topamos con el deporte, concretamente con la Real Sociedad, donde Luki Iriarte , responsable del fútbol formación, entonces técnico de la Real Sociedad y profesor en el colegio Herrikide conocedor y habiendo vivenciado el proyecto de Inteligencia Emocional en el propio centro, no deja pasar la oportunidad de impulsar la implantación en el propio club a pesar de las dificultades económicas por las que atravesaba, sabedor de los grandes beneficios que aportaría a los jugadores, entrenadores y a las familias.
Esa semilla que se inició en el año 2009, contó también con apoyo de Diputación de Gipuzkoa que lo hizo posible, y hoy en día se ha convertido en un gran proyecto, con grandes profesionales algunos de ellos trabajaron también de la mano de José Antonio. Todo ello ha posibilitado que la Real Sociedad se haya posicionado como un club de referencia internacional en el trabajo de gestión emocional con los equipos del fútbol formativo y todos sus integrantes.
Y en este día tan importante de reconocimiento de la GRAN PERSONA que fue José Antonio, y su gran contribución en el ámbito de la Inteligencia Emocional, queremos comentar que su último proyecto SUM, un «proyecto de autoconocimiento hacia la inteligencia espiritual» se pondrá en marcha en el propio Herrikide, donde el proyecto de Inteligencia comenzó, y su semilla germinó en toda la comunidad que formamos Herrikide.
«José Antonio, regamos el bambú día a día, como nos decías y hoy está muy vivo y comprometido con evolucionar»
Ha sido un privilegio y un honor haber conversado con todas estas personas que sienten y reconocen a José Antonio González como la ” chispa “ que hizo posible que Gipuzkoa sea hoy un territorio más inteligente emocionalmente.
Gracias por vuestra colaboración.
Gracias José Antonio por ser esa chispa y gracias a todos los que hicisteis posible que su proyecto calara en Gipuzkoa, calara en todos nosotros.
Equipo SUM